Tanto la vida del miembro como la del movimiento Católicos en Acción se fundamenta en la fraternidad, la oración, la formación, y el apostolado.
Fraternidad
Los integrantes de Católicos en Acción nos distribuimos en grupos fraternos para vivir nuestra comunión como hermanos en Cristo, hijos de un mismo Dios.
- Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos. (Mt 18, 20).
- Todos se reunían asiduamente para... participar en la vida común (Hch 2, 42).
- La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma (Hch 4, 32).
Oración
Cuidamos la oración en común en la Santa Misa, en los encuentros semanales, en la adoración al Santísimo, en los retiros de silencio mensuales y en los ejercicios espirituales anuales.
- Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer (Jn 15, 5).
- Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración (Hch 1, 14).
- Todos se reunían asiduamente para... participar... en la fracción del pan y en las oraciones (Hch 2, 42).
Formación
Como discípulos de Jesucristo, nos reunimos para escuchar la Palabra de Dios y la enseñanza de la Iglesia, fortaleciendo nuestra formación en la fe.
- Se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo» (Mt 17, 5).
- Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles (Hch 2, 42).
- Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen (1 P 3, 15).
Apostolado
El apostolado asociado como misioneros de Jesucristo lo realizamos por medio de áreas llamadas 'vocalías', para poder responder mejor a los distintos desafíos de la evangelización, y para que cada miembro de Católicos en Acción pueda ofrecer su servicio en el ámbito apostólico para el que se sienta llamado y cualificado.
- ¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes (Jn 20, 21).
- Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación (Mc 16, 15).
- ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! (1 Co 9, 16).